Eclipse de Luna

Esta foto de un eclipse lunar muestra a nuestro astro con una bella tonalidad rojiza. En realidad, la verdadera protagonista de un eclipse de Luna es nuestra atmósfera. Sin ella; el satélite, al introducirse en el cono de sombra de la Tierra, se haría invisible. Sería un abismo redondo y negro rodeado de estrellas.

<< La Luna, al circular en torno a la Tierra, pasa por detrás de esta, por la parte opuesta que ocupa el Sol, y atraviesa algunas veces la sombra terrestre. En este caso nuestro satélite pierde la luz que recibe del Sol interceptada por nuestro globo, y queda eclipsada. A medida que penetra en la penumbra, adquiere un tinte agrisado que se acentúa por grados, hasta que la sombra empieza á invadir lentamente el disco lunar, ocultándonos las inmensas llanuras, las montañas, los cráteres y cuanto de notable ofrece su accidentada superficie, quedando completamente oscurecida, á cuyo fenómeno se le dá el nombre de eclipse total.
¡Espectáculo sorprendente es el que ofrece en estos casos la Luna! La oscuridad que la envuelve, no es la oscuridad densa y pavorosa de las tinieblas; es un color especial y característico que le dá un aspecto tal, que parece que se halla impregnada de una sustancia rojiza, análoga á esas hermosas tintas arreboladas que acompañan al Sol en su ocaso. El cielo, de un color azul celeste claro cuando brilla la Luna antes del fenómeno, aparece entonces azul oscuro tachonado de estrellas, destacándose grandiosa é imponente del fondo de la inmensidad, como un globo de metal enrojecido. >>

Astronomía Popular. Camilo Flammarion. (1879)
(Ampliación por José Genaro Monti)

 

En la sombra de la Tierra

 

EL eclipse desde la Luna

La visión de un eclipse de Luna desde su propia superficie es grandiosa. La pintura superior es una representación pintada por Agudo Clará y publicada en la obra El Cielo de José Comas Solá. La riqueza artística y documental es evidente. La escena se describe en la propia obra como sigue:

<< Cada eclipse de Luna sería un eclipse de Sol para el observador lunar. Situado idealmente el observador en la superficie de nuestro satélite, podría contemplar, por ejemplo, la fase representada en esta lámina, y en la que la Tierra cubre una buena parte del disco solar. A pesar de que el eclipse en tales momentos dista bastante de ser total, distínguese la plateada corona que envuelve al Sol y la luz zodiacal, que como un fulgor difuso y de contorno elíptico, se extiende a gran distancia. Un estrecho y brillante filete rojizo, debido a la refracción de nuestra atmósfera, y de coloraciones cambiantes contornea la Tierra, matizando con las más bellas tonalidades los fantásticos paisajes de la Luna. >>
 
 

 

 

Luna llena

Cada Luna llena, nuestro satélite está en el lado opuesto al Sol, recibiendo de pleno su luminosidad. ¿Por qué no se produce un eclipse de Luna una vez en cada ciclo lunar? La respuesta está en la configuración de su órbita, inclinada cinco grados respecto a la línea que define la de la Tierra alrededor del Sol (la eclíptica, donde se producen los eclipses) y que se ve materializada en la sombra terrestre. La Luna pasará la mayor parte de las ocasiones por arriba o por debajo del cono de sombra y vista desde nuestro planeta nos mostrará su superficie totalmente iluminada. Sólo aproximadamente una vez por año coinciden ambos fenómenos, el cono de sombra y la Luna en oposición.

 

 

Eclipses

En esta recreación podemos observar los diferentes tipos de eclipses, cada uno con sus propias variaciones en función de las condiciones particulares de distancia y posición relativa que ocupen unos cuerpos en relación con los otros. Se comprende fácilmente que este fenómeno es un juego de luz y sombra fruto de la mecánica orbital.
En la parte superior un eclipse total de Sol. Se aprecia que la sombra de la Luna llega hasta la Tierra, generando un zona oscura que delimita la franja de totalidad y se desplazará por nuestro planeta en función de los movimientos de ambos astros.
En el medio el caso es similar. La única diferencia es que la Luna está algo más lejos y el cono de sombra no llega a tocar la superficie terrestre. Desde nuestro planeta observaríamos entonces un eclipse anular.
Finalmente y en la parte inferior tenemos un eclipse de Luna. Dado el gran tamaño de la Tierra y a la corta distancia a la que se encuentra el satélite no existe la posibilidad de un eclipse anular de Sol en la Luna
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Bibliografía

Comas, J. (193?). El cielo. Novísima Astronomía ilustrada. Casa editorial Segui. Barcelona.
Flammarion, C., Genaro, J. (Traducción, ampliación y notas). (1879). Astronomía popular. Imprenta y librería de Gaspar, editores.

Cartografía base

Las reconstrucciones tridimensionales son elaboradas tomando como base la siguiente cartografía.

http://visibleearth.nasa.gov
http://laps.noaa.gov/albers/sos/sos.html
http://solarviews.com/cap/ds/tychocyl1.htm

 


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