El color en la Luna

 

La observación de la Luna, incluso a simple vista, nos revela dos tonalidades diferentes, unas partes son claras y otras oscuras, ambas sin ninguna coloración dominante. Este hecho, ya de por si, nos da una información valiosa acerca de la composición lunar. Las regiones claras, llamadas tierras altas, son anortosíticas (feldespatos), mientras que las zonas oscuras, los mares, son basaltos.

Sin embargo, una observación minuciosa utilizando un telescopio puede revelar visualmente unas sutiles pinceladas muy tenues de color. Estos leves indicios se pueden acentuar mediante el tratamiento de las imágenes, resaltando las sutiles diferencias que manifiestan los materiales que componen la corteza del satélite y nos pueden revelar de forma aproximada la composición de su superficie. Este procedimiento es utilizado habitualmente por las sondas espaciales.

La recolección de muestras In situ llevada a cabo por el Programa Apolo permitió conocer las rocas en las zonas de los alunizajes y a partir de esa información se pudieron correlacionar las variaciones de color con la composición lunar.

Los procesados están basados en How to capture the color of the Moon. de Filipe Alves. Referente fundamental en el desarrollo de esta técnica.

 

Fotografía sin procesar
Fotografía procesada realce de color
Fotografía simil paleta Galileo

 

TABLA DE COLOR / COMPOSICIÓN (Paleta Galileo)
Azul oscuro
Verde
Amarillo
Naranja
Rojizo
Rico en titanio.
Bajo en titanio, rico en hierro y magnesio.
Idem.
Idem.
Bajo en titanio. Bajo en hierro.
Mare tranquillitatis (Apolo 11)


Mare Serenitatis
Tierras Altas

 

Aristarchus
Una aplicación del estudio del color lunar

(Fotografía interactiva)

(Fotografía interactiva)

Acomodados en el interior del Módulo de Mando Endeavour, los astronautas del Apolo 15, después de haber estado en la superficie lunar iban a sobrevolar una de las zonas más interesantes. Se aproximaban a Aristarchus. Worden, el único que no había pisado el satélite, transmitió al Control de Misión sus observaciones mientras tomaban unas impresionantes vistas aéreas de la zona.

"Probablemente el área más volcánica que se puede ver en la superficie"

Aristarchus es uno de los cráteres más recientes de la cara visible de la Luna, aunque reciente es un término relativo. Cuando se formó, hace unos 450 millones de años, en nuestro planeta los trilobites eran la especie dominante en el mar y en tierra firme la colonización de las plantas estaba propiciando la aparición de los primeros animales.
Al lado del cráter se encuentra Vallis Schroteri, un canal de flujo de lava, semejante al cauce de un río. La lava desembocó en Oceanus Procellarum a 175 Km de distancia. La fuente de la que manó está próxima a Aristarchus y es anterior al mismo, probando que la zona ya era volcánica con anterioridad al impacto. Su nombre es evocador: "Cabeza de Cobra".

 
 

(Fotografía interactiva)

 
La meseta de Aristarchus es un bloque rectangular de la corteza lunar perfectamente visible en la fotografía superior. Su origen es posiblemente consecuencia del impacto del asteroide que creó Mare Imbrium.
La energía liberada en la colisión elevó e inclino la zona. Las fracturas causarían su actividad volcánica, la cual cubrió la planicie de cenizas ricas en hierro. (Color amarillo naranja en la foto con color resaltado).

El impacto que creó Aristarchus se produjo en el borde suroriental de la meseta y afectó a los terrenos de la corteza de la propia meseta y a las lavas de Oceanum Procellarum, como consecuencia se observan dos tipos de ejectas, azulados al norte y noroeste, debidos al material anortosítico de la meseta y rojizos hacia en sureste consistentes con las lavas del mar.

Fuente: Clementine // PIA00090

 

El Etna


Laderas volcánicas en el Etna
(Fotografía interactiva)

En esta foto saturada se pueden apreciar coloraciones semejantes a las de las formaciones lunares. No obstante, en ambos casos, el cambio de tonalidad se puede deber no sólo a la diferente composición de los materiales, tambien influyen las condiciones de la toma fotográfica tales como el ángulo de la fuente de iluminación y el de la cámara en relación al motivo, así como el propio procesado.

En la toma se aprecia en primer término una clara diferencia de coloración en función del tamaño de las partículas y un predominio del color azul a medida que nos alejamos, debido posiblemente al efecto de la atmósfera que aclara y azulea el terreno con el aumento de la distancia, efecto que se acentua con el procesado.

 

Bibliografía

WEB
Alves, F. (2004). How to capture the color of the Moon.
Lunar and Planetary Institute. Clementine Explores the Moon.
Jet Propulsion Laboratory. Photojournal.

 


Astrotemas